Niños y vinculación afectiva
Es conveniente intervenir en caso de- Niños en adopción
- Niños en acogida
- Dificultades de relación entre padres e hijos
La capacidad de formar y mantener relaciones, la vinculación afectiva, es la propiedad más importante que poseemos los seres humanos. Por nuestra condición de seres sociales, dependemos de la conexión con el otro, pero durante nuestras primeras etapas vitales, dependemos específicamente de nuestros cuidadores para sobrevivir. De hecho, cómo se vaya desarrollando nuestro cerebro y sistema nervioso, dependerá en gran medida de el vínculo establecido con éstos, pues a través del vínculo afectivo se van a ir configurando las conexiones de nuestras redes neuronales. En definitiva, aprendemos a relacionarnos con el entorno y con nosotros mismos a través de nuestras primeras experiencias de vinculación.
En el momento en el que un niño es concebido, ya dentro del vientre materno, empieza a vincularse con ese entorno y es influido por los estados emocionales de la madre que capta a través de los cambios hormonales y estímulos que recibe de esta. Si la mamá está angustiada, el niño sentirá esa angustia y estará inquieto interpretando su sistema nervioso que hay algún peligro, del mismo modo que si está tranquila el niño se relajará al sentir que su entorno es un ambiente seguro. Es así como el sistema nervioso del niño empezará a interpretar el entorno y consecuentemente irá generando mecanismos de respuestas frente a este.
Cuando la interacción entre el niño y su cuidador es interrumpida o dificultosa, se generan problemas de vinculación que, sino son reparados, le generaran distintas problemáticas, no solo en su infancia sino en su vida adulta.
La separación física al nacer, la separación emocional durante el embarazo o nacimiento son los impedimentos más frecuentes. Otros factores que dificultan una buena vinculación son una falta de contacto físico con el niño, de interacciones positivas, ausencia de respuestas por parte del cuidador frente al niño, el estado emocional del cuidador… Estas y otras situaciones entorpecerán una vinculación afectiva sana o segura entre el niño y su figura cuidadora, que consecuentemente dificultarán su desarrollo y futuras relaciones, generando diversas problemáticas o patologías.
Por lo tanto es importante aportar al niño una vínculo seguro, para que se vaya desarrollando y crezca como un infante feliz, seguro de sí mismo y sintiéndose seguro con los demás y su entorno. Si esto no ha sido posible por algún motivo, es de vital importancia el poder reparar el tipo de apego (forma de relacionarse), pues este influirá en todas las esferas de su vida presente y futura.
«Los vínculos interpersonales configuran las conexiones neuronales de las cuales emerge la mente. Los patrones de relación y la comunicación emocional afectan directamente al desarrollo del cerebro» . Daniel Siegel